Tras dos años de restricciones por la pandemia del Covid-19, octubre regresa como testigo de la celebración religiosa más grande del Perú: la procesión del Señor de los Milagros. Pero, ¿cuáles son los artículos más vendidos del mes morado?
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El Señor de los Milagros realizó su primer recorrido luego de dos años de pandemia y congregó a miles de fieles. Foto: Facebook / Hermandad Del Señor De Los Milagros De Nazarenas
El Perú deja de ser rojiblanco en octubre. Un pigmento recubre las calles, atenuando el gris de la ciudad limeña. El rojo color sangre se torna vino, luego uva y finalmente, morado. En su cintura lleva un cordón blanco y un detente como escudo en su pecho. Fieles creyentes recorren la avenida Tacna y acuden a la Iglesia Las Nazarenas, la cual toman como su base de reunión. Todo tiene un motivo, el décimo mes del año por fin ha llegado, y con este, la celebración del Señor de los Milagros.
No solo los devotos festejan. Estas fechas son motivo de gozo para ambulantes y comerciantes cuyo propósito son las ventas y su fe es el dinero. En la Av. Tacna hay 35 tiendas de turrones, 33 de hábitos, velas y adornos, 23 son vendedores ambulantes y 9 puestos son destinados a artículos religiosos. Todo refleja la fuerza del negocio, el poder del efectivo, la necesidad de llevarse un pan a la boca.
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El Cristo de Pachacamilla es reconocido por tener infinidad de testimonios de fieles, quienes aseguran ser testigos de sus milagros. Foto: AFP
Pregonera del bullicio
Presencia imponente junto a una risa insolente. “¡Señora, señorita, compre una vela!”. Con una voz ronca y fuerte, Ruby Pérez de 37 años, se gana la vida desde hace casi dos décadas vendiendo velas y cirios bendecidos. Chaleco polar negro, pantalón azul y cabello color carbón bien recogido constituyen su inconfundible apariencia. Conocida como 'La reina de los ambulantes', camina entre sus colegas con determinación. Si todos fueran gladiadores, ella se llevaría, en definitiva, la gracia de la vida.
Con insistencia abrumadora logra que clientes le compren dos, tres y hasta cinco velas de dos soles, las cuales antes costaban un sol, pero que debido a la pandemia los precios se vieron incrementados. La fe que ellos profesan se convierte en una trampa y Ruby sabe muy bien cómo jugar sus cartas. Pasa entre su competencia con pasos resueltos y ofrece su mercancía mezclando gritos desaforados con palabras dulces y cariñosas.
Nada puede ser usado como excusa. A los clientes siempre hay que tratarlos con respeto y cariño. “¡A solcito mi amor, ven mamita linda!”. Toda su vida se dedicó a la venta de velas, su reliquia de la suerte. Dice ser católica y despachar el año entero, aunque en el mes morado, las ganancias llegan a su cúspide. La vendedora estrella, de vientre prominente y risa franca tiene un objetivo: Doscientas ventas al día.
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Estampillas, cuadros, detentes y velas se han convertido en un ícono del mes morado. Foto: El Comercio
Manto sagrado
María Gamarra tiene 37 abriles y lleva quince de ellos elaborando hábitos. Dos colgadores, varios ganchos de plástico y un mostrador; es suficiente para su pequeño local ubicado al frente de la iglesia Las Nazarenas. Un negocio familiar que lleva 15 años a su mando, donde ya no se cree en el Señor de los Milagros. Entonces ¿por qué seguir confeccionando?
Cuando el décimo mes se apropia del calendario y el sahumerio invade los alrededores de la avenida Tacna, es cuando María evalúa a los fieles. No tiene estudios en marketing, ni en relaciones públicas, mucho menos en finanzas, pero es una estratega innata. En un día puede llegar a vender hasta 20 hábitos completos. El precio varía desde los 70 y 90 soles. Aunque si los fieles no tienen su guardadito de octubre y no les alcanza, ella hará que de todas maneras terminen llevando aunque sea un cordón o un detente.
La clave de su éxito es la empatía. Conversar, respetar y brindar seguridad son los pilares de su negocio. Ella no vocifera ni se desespera por vender, solo espera sentada detrás del mostrador. Tiene la piel pálida como la nieve y una cola de caballo, mirada penetrante y ojos cafés delineados con un trazo celeste debajo y arriba del párpado. Su labor recién comienza cuando los fieles se acercan a preguntar. Una vez dentro del negocio no salen con las manos vacías.
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El hábito morado es uno de los máximos símbolos de fe para los fieles del Señor de los Milagros. Foto: El Comercio
Miel y caramelos de colores
Pasar por la avenida Tacna en el mes morado es toda una odisea. Las cuatro cuadras pequeñas que la componen son abarrotadas de ambulantes que fervorosos esperan vender toda su mercancía. Pero sin duda los que logran llamar más la atención son las degustadoras del turrón. “Ven aquí mi amor, es Doña peña, la de siempre”. “San José, está suavecito, ven linda”. El arte radica en enamorar al cliente, desde "preciosa" hasta "mi amor" y "mi corazón", son solo algunos apelativos que reciben los fieles.
Marta Herrera de 40 años solo pisa la capital 31 días. Deja a su natal Cusco y a su hijo de cinco años para vociferar la venta del turrón Doña Pepa de Jaramillo, ubicado al frente de la iglesia Las Nazarenas. No es la dueña, solo es una proveedora, pero se pelea por los clientes como si lo fuera. Al frente de ella está San José, a quien considera su única competencia: “Los demás son nuevos, no figuran en el mercado”. Después de 15 años aún no conoce la receta, olo sabe que hay dos clases de turrón: el tradicional y el importado.
A solo 50 pasos, la fila de los turrones es interminable. A la espalda de Las Nazarenas se encuentra ‘Don Luchito’, el padre del fundador que falleció sin saber que un turrón llevaría su nombre, ya que su hijo, Jhonny, fue el creador. Un niño que fue creciendo con el fervor y la fe intacta hacia el Señor de los Milagros.
A los 20 años decidió incursionar en el mundo de la miel y los caramelos de colores. Afirma que el secreto está en la preparación. La miel está hecha a base de pura fruta, desde membrillo, maracuya, piña, durazno y hasta limón. Todos aquellos ingredientes son llevados a cocción con canela y clavo de olor hasta desprender la miel natural de la fruta, sin añadir una pizca de azúcar. Mientras que la galleta crujiente es elaborada de leche. anís, ajonjolí y mantequilla.
La primera salida del Señor de los Milagros generó miles de visitantes al santuario de Las Nazarenas y abarrotó las calles del centro de Lima. Sin embargo, aún faltan 5 procesiones en las que el anda del Cristo Moreno recorrecerá el corazón de la avenida Tacna y alrededores. 18, 19 y 28 de octubre son las próximas fechas, y finalmente, el 1 de noviembre finalizará la fiebre morada.
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